Carlos E. Rodríguez
Rajoy y Rubalcaba deben gestionar la crisis conjuntamente
En una reunión celebrada a mediados de esta semana en un emblemático edificio de Madrid, convocada por uno de los más poderosos empresarios de España, no faltaba ninguno de los importantes. Constatado que la crisis económica ha seguido profundizando en medio de la terrible ausencia de alguna gestión por parte del Gobierno saliente, los reunidos veían ya pocas posibilidades, gane quien gane ahora las elecciones, de una gestión que pudiera resultar eficaz para suavizar al menos, ya que no es posible evitarlas, las consecuencias de la explosión de la crisis, seguramente ya muy cercana a producirse.
El Papa, en tierra de libertades
De manera espontánea, sin necesidad de campañas ni llamamientos, el pueblo de Madrid quiso demostrar este jueves al Papa Benedicto que la capital de España sigue siendo la gran ciudad católica de Occidente. El recibimiento de Madrid al Papa Benedicto fue espectacular, lo mismo en el aeropuerto que en las calles de la capital. En el aeropuerto de Barajas la transversalidad era absoluta, sin que faltara, junto a los Reyes, nadie significativo de las derechas y de las izquierdas. Luego, en el recorrido por las calles de la capital, gentes de derechas y gentes de izquierdas, jóvenes y mayores, competían en las aclamaciones al Papa y en el expresivo agradecimiento por su visita.
Mi entrevista al General Franco
El recuerdo del general Franco, y sobre todo de su largo ejercicio de la Jefatura del Estado, es siempre problemático, mezcla de luces y sombras como es inevitable que suceda en esos casos. Muy poco antes de su muerte me correspondió, como director de la Editorial Doncel, que pertenecía a la llama da Secretaría General del Movimiento, editar por encargo de un entonces joven político del Régimen, llamado paradójicamente a ser el gran autor y el emblema del cambio ordenado y pacífico desde la dictadura a la democracia, el gran Adolfo Suárez, la biografía de Franco que había escrito el alemán Günther Dans, y de la que se vendieron en los quioscos de prensa muchas decenas de miles de ejemplares, quizá por la coincidencia con la muerte de su protagonista, pero también sin duda merecidamente, porque la biografía de Günther Dans no era ni hagiográfica ni descalificadota del personaje, sino un muy meritorio intento de describir las luces y sombras, las interesantes contradicciones personales del militar que, destinado a las Islas Canarias para alejarle de la Península y del riesgo que, en opinión de importantes dirigentes de la República, suponía su ya visible liderazgo interno en el Ejército, antes de partir hacia el Archipiélago se despidió del presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, con palabras de fría determinación: Sucederá lo que tenga que suceder, señor Presidente, pero donde yo esté nunca habrá comunismo.
El dilema de Caja Madrid
Lo de CajaMadrid no sólo es grave desde la responsabilidad, sino que se está jugando nada menos que con la cuarta entidad financiera española y además en pleno tiempo de crisis y mientras los escándalos de corrupción se multiplican por toda la geografía española, izquierdas, derechas y hasta nacionalistas. La ciudadanía se pregunta cómo es posible que la política española haya podido degradarse tanto, hasta el punto de que se multiplican las voces que reclaman un movimiento regeneracionista, como una necesidad para la supervivencia misma de una democracia que pueda mirarse con respeto.
Lejos de la salida del túnel
Desafortunadamente, y aparte los obligados optimismos de la propaganda oficial, ningún analista solvente se atreve por ahora a vaticinar que estemos cerca de la salida de la crisis, incluso a pesar de los primeros indicadores, casi mejor, indicios de su suavización en el conjunto del mundo desarrollado. Ya nos ha advertido el FMI de que España será el último país desarrollado en salir del pozo. La falta de una política económica digna de tal nombre tiene mucho que ver con esa mala situación comparativa y esto es responsabilidad personal y precisa del presidente Rodríguez Zapatero, que primero no dejó a Pedro Solbes desarrollar su trabajo con criterios ortodoxos, sino obligándole a asumir que lo político, y en concreto, lo electoral, primase sobre lo económico.
La clave: reducir el gasto público
La Vicepresidenta primera María Teresa Fernández de la Vega, y la vicepresidenta de Economía y Hacienda, Elena Salgado, estuvieron animosas en la rueda de prensa posterior a la aprobación por el Consejo de Ministros del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2010. Las dos saben mantener la sonrisa, las dos son frías, cerebrales y de mucho carácter, y las dos saben distribuirse bien el juego en pareja. Fernández de la Vega iba repartiendo juego a los periodistas, es preciso reconocer que sin preferencias ni obstáculos, y Elena Salgado aplicaba al áspero tema presupuestario la eficacia adicional de sus invariables buenas formas y su sonrisa siempre cordial para todos. No lo tenía fácil, porque los Presupuestos Generales para 2010 están sin duda muy pensados e incluso bien concebidos, pero los números resultan algo más que difíciles de cuadrar en cuanto se echa mano a la calculadora, y sobre todo a los conceptos reflejados en los números de la calculadora.
ETA, la historia interminable
Esta semana, a pesar de las señales esperanzadoras de la Bolsa y de los primeros síntomas reales de mejoría a no largo plazo en los parámetros económicos globales, es inevitable que, en España, el centro de interés de la opinión pública pivote sobre la tremenda reaparición en escena de ETA, con los atentados de Burgos y Mallorca, que se da por cierto que no van a ser los únicos de este verano, sino que responden a una estrategia de recuperación de presencia del radicalismo independentista vasco, a través de su brazo armado, la organización terrorista, con el objetivo de segar de raíz la gestión del gobierno formado por el socialista Patxi López con el apoyo activo del PP vasco, y que ha roto una tradición de décadas de colaboración de nacionalistas y socialistas en Euskadi. No hace falta leer en las entrañas de las ocas para vaticinar que habrá más atentados de ETA en los próximos meses, quizá incluso en las próximas semanas. La idea de un "verano caliente", que prepare la nueva estrategia independentista de otoño, es probable que motive en estos momentos la toma de decisiones por parte de la dirección política de ETA, a pesar de lo que su brazo militar pueda estar debilitado por las últimas actuaciones de las policías española y francesa. El problema histórico del País Vasco viene de lejos y tiene por delante un largo y, probablemente, doloroso recorrido.
No es una crisis económica sino una crisis de recursos en...
Hay crisis. Todos hablan de ella. A todos nos afecta. Todos coinciden en que es grave. Pero nadie acaba de explicarnos bien lo que pasa. Los analistas académicos hablan como si sufriéramos una fiebre más o menos pasajera, un desajuste del sistema que se solucionará con alguna receta.
Tras el Debate, todo sigue igual
Ya quisiéramos encontrar motivos para algún optimismo, pero es inútil, porque nada avala esa voluntarista pretensión de Rodríguez Zapatero de que “lo peor de la crisis ya ha pasado”. No es eso lo que parece, ni de lejos, por los hechos y los datos. La verdad es muy otra, por incómoda que sea para la propaganda política, y es que hemos visto el fondo de la crisis, pero aún no lo hemos tocado y todo apunta a que aún nos veremos obligados a escarbar en ese fondo. Cierto que la mala situación no es sólo nuestra, aunque tengamos probablemente las peores perspectivas en Europa, y eso en una Europa cuya economía se contrajo un poquito más del 2,5% en el primer trimestre del año actual, lo que significa nada menos que el 4,6% de contracción respecto al mismo período de 2008. Se dice pronto, se escribe fácil, pero es para echarse por lo menos a temblar.
«Sí, se puede» luchar contra la crisis
Ya no es cuestión de alarmas ni de puntos de vista. Con la realidad que cuentan los números, esos más de 4 millones de parados por vez primera desde que se tienen estadísticas en España, la temida fractura social está a la vuelta de la esquina. Ahora resulta que los catastrofistas de unos meses atrás nos quedamos muy cortos en el pronóstico de la velocidad con que profundizaría la crisis. Ya estamos, antes de que llegue mayo, en ese 17,4% que calculábamos para finales de año y por lo que portavoces importantes del Gobierno llegaron a acusarnos de crear alarma social, nada menos.
Hacia el ojo del huracán
Conviene asumir que no hay buenas noticias y que la crisis económica, quizá la primera global de la historia en términos estrictos, en la medida en que, con apenas la excepción de África, que tampoco es una verdadera excepción porque nunca ha dejado de estar en crisis, afecta ya a los países de todos los continentes, incluidos los gigantes asiáticos. Nada nuevo bajo el sol, porque los mercados se limitan a reflejar la situación de la economía real, con lógico énfasis en la crisis financiera. En el caso español, ni siquiera es un drama el que nuestro IBEX-35 haya cerrado este viernes por debajo de los 7.000 puntos. Los mercados se han limitado a descontar el convencimiento de los inversores de que, lejos de infundadas esperanzas de cambio de signo, alimentadas sin otras razones que la propaganda o la política, todavía no hemos tocado fondo de esta recesión. Así que nada de campanas a rebato, nada de gritos de alarma. Las cosas están como están y los inversores lo saben, así de sencillo.
El caso Madoff
En cuanto se produce un escándalo como el descubrimiento de que Bernard Madoff, con todo su prestigio de gran operador financiero, había montado una estafa al clásico modelo piramidal, los intervencionistas de todos los signos ideológicos saltan a la palestra para acusar al mercado de todos los males que han conducido a la crisis económica global y reclamar lo más peligroso y contrario a las libertades, incluso políticas, que es la intervención del Estado sobre la actividad económica.
Cambio con freno y marcha atrás
Nada se percibe que permita alimentar algún optimismo en los tiempos que corren, en el ámbito global desde luego, pero también y más acusadamente en el interno español. La respuesta de los gobiernos a la crisis económica y financiera ofrece crecientes dudas a medida que pasan los días y vemos cómo, más que en una nueva "refundación del capitalismo", al modo de la que permitió salir del hondo y oscuro pozo de la Gran Depresión de 1929, parece que estamos en una turbia operación de salvamento de los grandes intereses de las propias clases políticas dirigentes. En los Estados Unidos, es decir, en la nación que, desde Reagan, se tenía teóricamente por bastión del liberalismo, un presidente republicano se ha abrazado al más rancio intervencionismo estatal, no para superar la crisis, sino para ocultar sus raíces y posponer sus consecuencias. Con toda evidencia, Bush no es Reagan, como ya sabíamos desde la guerra de Irak que Bush no era Eisenhower. La fiabilidad personal, que era el gran activo lo mismo de aquel general profundamente demócrata que venció al nazismo, que de aquel actor enamorado de todas las libertades que venció al comunismo, es algo de lo que carece por completo el presidente Bush.
Esto no ha terminado
Se aprobó por fin el plan de rescate financiero del Gobierno Bush, como por otra parte era previsible a pesar de las serias dificultades de su recorrido parlamentario en vísperas electorales. Nadie sensato podía pensar en salvar la economía real a costa de la economía financiera, con lo que el plan de rescate de los activos tóxicos del sistema financiero americano era tan insuficiente como imprescindible, sobre todo para los que tenían que aprobarlo, una vez aparentada cierta resistencia ante sus electores, a los que acuden en breve. Ninguna clase política se suicida. Sucedió, pues, tras la ceremonia aparencial de las resistencias, lo que cualquier observador experimentado sabía que terminaría por suceder.
Raíces y datos de la crisis
La economía española se estancó en el primer semestre de 2008, y ya se admite incluso por el Gobierno que está entrando en recesión, lo que es casi seguro que durará todo el año 2009 y posible que alcance incluso a 2010, de manera que, cuando llegue la recuperación, será más compleja y problemática que en cualquier ocasión anterior. Y es que la crisis financiera internacional ha acelerado el proceso de ajuste del sector inmobiliario y de la construcción, pero también ha hecho aflorar algunas debilidades de nuestro sistema financiero, desde luego falta de liquidez, pero que incluso podrían eventualmente llegar a traducirse en problemas de solvencia. Al fin y al cabo, el bancario es un sector intervenido, regulado e inspeccionado, en cada país y también en España, por los bancos centrales, e incluso por los organismos de supervisión del mercado de valores, en la medida en que los Bancos cotizan en bolsa. Todo está determinado, desde la proporción de capital que deben tener, los límites de crédito a los clientes, el pasivo, la captación de depósitos... Una regulación, en fin, exhaustiva y heterogénea, que no pocos expertos critican por excesiva en unos aspectos e insuficiente en otros.
Discurso de investidura de Bartolomé González Jiménez, alcalde de Alcalá de...
Discurso íntegro de investidura de Bartolomé González Jiménez, reelegido por mayoría absoluta como Alcalde de Alcalá de Henares.
Carlos Delgado, candidato por ULEG, logra el acta de concejal
Carlos Delgado, entrevistado antes de las elecciones por nuestro portal fue objeto de nuestra atención por ser ejemplo de joven profesional comprometido con su ciudad, al punto de presentarse a las elecciones municipales cuando actualmente ocupa un puesto ejecutivo de una revista de referencia de los cuadros directivos y emprendedores de nuestro país.
Resumen de las intervenciones en la presentación del Club Liberal Español
Un resumen de las intervenciones de Carmen Ibañez ("Historia del liberalismo"), Carlos Entrena Palomero ("El Acoso a la Justicia en España"), Juan E. Iranzo ("Propiedad privada y vivienda"), Carlos Rodríguez Braun ("Corrupción y suelo"), Bernardo Rabassa Asenjo ("El Estado de las Autonomías y la libertad de expresión") y Juan Luis Mato ("Intromisión en las libertades").
Rodrigo Rato y Antonio Fontán, galardonados este 2007 por el Club...
La Junta Gestora del llamado Club Liberal 1812 de Cádiz ha concedido en su edición de este año, el Premio 1812 al director del Fondo Monetario Internacional y ex ministro de Economía durante el Gobierno de Aznar, Rodrigo Rato, como reconocimiento “a sus principios defensores del constitucionalismo y de la libertad”. Por otro lado, el Club Liberal 1812 ha otorgado el premio Libertad al profesor, periodista y político Antonio Fontán para resaltar “la defensa de sus ideas liberales”.