El año 2011 tiene una cosa buena

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— P U B L I C I D A D —

Acaso la saga de emprendedores más notables del País, sea la familia valenciana de los Roig, cuyo padre les inculcó el espíritu emprendedor desde una modesta Pyme familiar. Tres décadas después, Juan Roig, el hermano del que vamos a ocuparnos, ha sido capaz de generar un beneficio de 400 millones de euros en MERCADONA, la empresa que preside desde hace años, convertida por él en un gigante de la distribución. Lo llamativo de su gestión es que al producirse el primer impacto de la crisis, en el año 2008, Roig imprimió a su compañía un giro estratégico, comprendió la crisis y entendió que sus esfuerzos debían dirigirse a abaratar la cesta de la compra de sus clientes. El resultado está a la vista, los beneficios de la empresa en 2010 han crecido más de un 40% respecto a la cifra del 2009.

Al presentar las cuentas de la cadena y con el crédito que da el ejemplo, Roig ha sido sincero al transmitir un mensaje que no iba a quedar en la Sala de la Junta de accionistas, sino que tenía también como destinatarios a los políticos. Lo más relevante es lo que he destacado como titulo de este artículo: el año 2011 tiene una cosa buena y es que será mejor que el año 2012. La frase se las trae, pues expresa sin ambages lo que muchos venimos defendiendo, esto es que, aún no hemos tocado fondo, que nuestros males no han sido debidamente diagnosticados y que sin diagnostico exacto no hay remedios paliativos correctos. Y, además, el problema se agudiza si el Jefe del equipo médico habitual no da pie con bola.

En este sentido, el prestigioso periodista Carlos E. Rodríguez, escribe en su análisis del momento político que “en estos días se multiplican los comentarios, todos críticos contra la última ocurrencia, el descenso del límite de velocidad en autopista, del inverosímil Director General de Tráfico que padecemos, que parece algo así como un Rodríguez Zapatero hecho aún más caricatura, si cabe. Se dice por Madrid que parece que están hechos el uno por el otro. Son manifiestamente carentes ambos de cualidades intelectuales y hacen política centrados sólo en la propaganda, aunque ya ni uno ni otro resultaban creíbles a la ciudadanía. El Presidente es un personaje que no nos merecemos los españoles pero que tampoco se lo merece un partido tan valioso y necesario para el buen equilibrio político de España como es el PSOE, que cuenta en sus filas con dirigentes de la talla de Felipe González, Alfonso Guerra, Joaquín Almunia, José Borrell y un largo etcétera, por sólo citar algunos de una larga y meritoria lista. Es ciertamente enorme el daño inferido a España y lo más importante, a los españoles, por la etapa presidencial del político inverosímil que, llegado al liderazgo del PSOE y por tanto al Gobierno se ha encadenado al sillón de La Moncloa”.

Si volvemos al mensaje de Roig que es hombre prudente y mesurado, cobra más valor su crítica sobre muchos síntomas de lo que ocurre y pone la atención en que un absentismo laboral como el que existe en España que, siendo del 6%, desborda ya lo razonable, pasa a un escandaloso porcentaje del 15% en muchas empresas públicas. ¿Quién paga esta factura, sino el bolsillo de los trabajadores que cumplen con su obligación y, además pagan sus impuestos? El mismo Roig nos da las cifras: “el costo de los salarios no productivos del millón de españoles que, pudiendo, no han ido a trabajar, alcanza los 18.000 millones de euros.

La cultura imperante en España, sostenemos desde el portal Emprendedores, no es una cultura de esfuerzo, ni siquiera es solidaria con quien realiza el esfuerzo. Cuantas veces hemos visto presumir a alguien de tener un buen enchufe, de saber escabullirse, de ser el más listo. El ejemplo de los EREs andaluces, en los que dentro de cada colectivo real afectado por la pérdida de empleo, pero atemperado el problema por la percepción de una pensión anticipada, se ha metido “entre col y col lechuga” es decir, a un enchufado del Sindicato, del partido, o al tradicional cuñado del Consejero, Director o Diputado de turno. Lamentablemente no es cuestión de una sigla; el problema se generaliza. Un ejemplo fragante y vergonzoso: cuanto hemos visto hace unas semanas dimitir a un brillante y prometedor Ministro de Defensa alemán, por el hecho de que en una tesis doctoral de su pasado estudiantil había obtenido más texto del debido por la fórmula de copiar/pegar, tenemos a la vista el caso de una Vicepresidente del Gobierno de Cataluña de la que se ha puesto en evidencia que en su Currículo figuraba ser Licenciada en Psicología sin serlo. Y ahí está tan campante con una excusa para borregos, “es que no me di cuenta del error en el Currículo” Y luego dicen los catalanes que no son españoles.

Difícil será, con un marco de valores o principios éticos como el que está a la vista en muchos de nuestros gobernantes encontrar la senda del despegue de nuestro país. Por eso dice Roig que este año tiene una cosa buena, es mejor que el 2012. Hay algo, sin embargo, que a él se le escapa y que nos permite hacerle una corrección: el año 2012 tendrá casi con plena seguridad, Zapatero dejará ser Presidente del Gobierno, un puesto que alcanzó por el inexorable Principio de Peter, aquel que nos advierte que todos podemos llegar a nuestro nivel de incompetencia.

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