
Otra vez la calle ha alzado su voz y ha hecho temblar los tinglados de esta democracia en la que la voz del pueblo se oía cada vez más lejana y tapada… Pensionistas y mujeres se han hartado de tanta palabrería vacía y se han hecho oír.
Ahí andan nuestros diputados electos con sus mociones de censura, reclamándose protagonistas y autores de la caída del gobierno de Rajoy y del PP. Menos mal que Irene Montero tuvo la feliz idea de mencionar de pasada la parte que le ha tocado a la calle y a los pensionistas en esta historia.
El ciudadano de a pie, al menos los pensionistas y las mujeres, reclaman estos días su papel en la coma de decisiones políticas. Y si alguien pudo pensar que con el triunfo de la moción de censura el ciudadano de a pie se iba a retirar a sus cuarteles de invierno, este lunes ha dejado constancia de que la calle sigue gritando sus opiniones y reivindicaciones, y diciendo que la respuesta no ha llegado todavía.
Porque la pobreza y la precariedad siguen instaladas en nuestro país, porque los ricos siguen siendo cada vez más ricos y menos en número, y los pobres cada vez más pobres y más en número. Y los yayoflautas han tomado la responsabilidad de gritar en nombre de todos.
Y los yayoflautas han decidido de una vez por todas que el ciudadano de a pie tiene la obligación de vigilar, controlar y criticar la acción de gobernantes y representantes de la voluntad popular Y que en las Cortes no se libra una exhibición oratoria de boquitas selectas y marisabidillas, sino de derechos y obligaciones ciudadanas sagradas e inviolables, de palabras acordes con los hechos..
Ayer, Euskadi volvió a la faena: no solo Bilbao, también muchos municipios de la Comunidad vasca. Euskadi, que a sus reivindicaciones de signo autonomista y similares ha añadido por estas fechas estas otras de derechos ciudadanos elementales e irrenunciables de signo social y económico. Y en estas reivindicaciones comunes a la ciudadanía de todo el Estado actúan juntos abertzales y no abertzales, sindicalistas y no sindicalistas, votantes de todos los partidos. Como dicen ahora, se trata de reivindicaciones «transversales»…
Porque posiblemente han sido ellos, los pensionistas y mujeres que han salido a la calle en masa, en unidad y sin banderas de estos o de aquellos, esos pensionistas y mujeres han presionado sobre el PNV y contribuido a su voto favorables a la moción de censura.
¡Bienvenidos al primer plano de la democracia, pensionistas y mujeres!
¡Ongi etorriak!