
‘Si no ahora, más adelante’ fue una frase de Alberto Núñez Feijóo en el Desayuno Informativo de Europa Press en el Hotel Villamagna de Madrid. Es importante, porque, aun refiriéndose a algo distinto, define la realidad de un PP que ve mermar su haber político y acaso plantee la posibilidad de un cambio de líder.
Cuando Europa Press anunció la convocatoria del desayuno con Núñez Feijóo, en el poblacho manchego lleno de subsecretarios que es Madrid, había dos opiniones sobre el motivo. Una, primaveral y poética, recordaba la rima de Bécquer “Volverán las oscuras golondrinas” que aventa novedades. Otra, invernal tardía, rememoraba las resistencias del pasado, viejas y útiles frente a la adversidad,. O, lo que es lo mismo, tras la presencia del Presidente de la Junta de Galicia, podría encontrarse su auto-propuesta de sucesor inmediato del actual líder del PP, o la simple aceptación del puesto de heredero legatario.
Ante la Vicepresidencia del Gobierno, cuatro ministros y una parte florida de la Villa y Corte, hubo que esperar casi hasta el final para encontrar un depende relativo, que Núñez Feijóo dibujó con gallegadas: Una confidencia de Rajoy: El día que se vaya, convocará una rueda de prensa y dirá ya me he ido. Y una afirmación propia: Con un presidente que está cumpliendo sus funciones y al que le quedan casi tres años de legislatura, empezar a hablar de lo que ocurra a partir de 2020 es una pérdida de tiempo y un planteamiento poco serio.
Después de esto hay quien, como El País y algún otro medio, puede entender que el actual Presidente de la Junta de Galicia rechaza postularse como sucesor de Rajoy en un PP que pierde posiciones en las encuestas frente a Ciudadanos. Sin embargo, en las afirmaciones del invitado a los desayunos de Europa Press, ésa no ha existido. Por el contrario, en su discurso y en el turno de respuestas, ha ido mostrando lo opuesto: Un líder dispuesto a echarse al ruedo que toque, cuando toque, para enfrentarse con los problemas del presente y las consecuencias del pasado.
Sólido, no ocultando los problemas que acucian (juicios en instrucción y supuestos corruptos principalmente), frente a un ambiente desfavorable y al tanto de las necesidades del Estado, posicionó al partido en el eje de la Política nacional, colocándose él en una posición ambigua que abarca una doble posibilidad en el tiempo (ahora o más adelante) y seguridad para asumir un liderazgo que no cuestiona.
Desde ese puesto, el discurso y las intervenciones de Núñez Feijóo en el turno de preguntas, tuvieron tres ejes fundamentales:
Repaso del pasado. Con luces y sombras, España hizo una transición útil, transformó el Estado, peleó contra ETA sin restringir libertades, superó un golpe de Estado, sustituyó la jefatura del Estado, está doblegando la crisis y se enfrenta a otro Golpe de Estado desde la legalidad. El gobierno del PP tiene errores y ha confiado en persona indebidas, pero es justo reconocer que algo bueno habrá hecho en España cuando lleva 3 años creciendo el PIB, baja el paro, hay progreso social y se lucha contra la corrupción con La Ley anti-corrupción que lleva la firma de Rajoy.
Análisis de la actualidad. La España actual es mérito de todos; y de Rajoy. Lo que pasa es conocido. Hay políticos fiables y otros no. Discrepancia con los que consideran que carecer de experiencia es un plus. No todas las etapas son agradables, lo importante es no perderse. ¿Está España en el buen camino? ¿Adónde nos llevan los que no han ido a ninguna parte?. España va. El cambio no es desdeñable. Comparen Cataluña con Galicia. Ser una nacionalidad histórica no implica política histérica o histriónica. La culpa no es del automóvil (político) sino de quien lo conduce.
Y futuro. Sería erróneo premiar a los (independentistas) conjurados. Además del Estado Territorial hay otro. No estamos condenados a la leyenda negra. La situación pide, más que la táctica egoísta de los partidos (sobre) el asunto catalán, Economía, Reforma de la Constitución, situación de las Pensiones… Se puede hablar desde una política de instintos o desde las trincheras. Pido ser serios y que hablemos en serio. Se puede hablar (de todo) sin estar a la contra de la contra. Frente al enfrentamiento, el encuentro. Fíense más de los políticos de el depende que de los políticos sabelotodo. No prejuzgo a los políticos de mi país, aunque tenga motivos. Si no ahora, más adelante. Frente a siempre lo peor es cierto, No siempre lo peor es cierto.
Después, en el turno de preguntas, demostrando entidad personal para robustecer posiciones populares, fue enlazando frases con marchamo de titular de prensa: Nadie al margen de la ley puede usar beneficios de la ley, (sobre el Informe del Consejo de Estado, el recurso ante el TC y la postura del TC): Es indelegable gobernar; y (por gobernar) hay medidas cautelares, Si el Gobierno no hubiera hecho lo que ha hecho, los que cuestionan al Gobierno harían todo lo contrario, El balance de lo que ha hecho el PP es positivo, Se discutía a este gobierno por no tomar decisiones, ahora se le discute por tomarlas. (Predicción sobre actuación del Parlament) Con criterios razonables, es lógico que la Cámara no proponga al prófugo, pero si se sigue el sainete, habrá recursos y responsabilidades penales. (Financiación autonómica) Necesitamos que PP y PSOE se pongan de acuerdo, Cuando una economía no cumple, tiene consecuencias y funciona la Constitución (Modelo Federal) Ya tenemos, yo tengo más competencias que en un länder alemán (Sucesión en el PP) Entre el depende y el sabelotodo, Rajoy, a fecha de hoy, sigue
Como final, para marcar diferencia con C’s, principal adversario en las encuestas, dio un titular que parecía oscuro: Me someto a la trazabilidad del PP, que es fiable; la de Ciudadanos es imprevisible.
Introducía así un concepto novedosos y poco usado: Trazabilidad, o posibilidad de identificar el origen y las diferentes etapas de un proceso de producción y distribución de bienes de consumo. Desde él, la trazabilidad del PP, con sus luces y sus sombras, no presenta dudas; al compararla con la de C’s, el resultado parece determinante.
Con ello, al interrogante sobre la sucesión del Presidente del Gobierno, se une la duda sobre la trazabilidad de su sucesor: ¿Fiable o imprevisible?
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