
Mafias del Primer Mundo mantienen a África sumida en guerras con armas que esas mismas mafias les proporcionan.
Mafias del Primer Mundo agotan los acuíferos de África en cultivos de soja y plantas que producen gasoil para la circulación de los países industrializados.
Mafias del mundo civilizado mantienen tiranos que controlan a hierro y fuego a las poblaciones, alistan a los niños en sus ejércitos, hacen trabajar a los adultos como esclavos en minas de metales raros.
Mafias del Primer Mundo cierran las fronteras del sur de Europa a cal y canto y dejan morir en el mar a cientos de miles de africanos que huyan del hambre y las guerras y no se dejan morir así como así como corderos llevados al matadero por los gerifaltes de las democracias occidentales.
Mafias del Primer Mundo toleran o impulsan a esas otras mafias que desde Libia y otros países del sur mediterráneo roban, matan y masacran a los africanos que quieren venir a Europa porque quieren vivir, porque consideran que tienen derecho a vivir.
Mafias del Primer Mundo alimentan ese calentamiento global y ese CO2 que está a punto de hacer imposible la vida en nuestro planeta. Y que llevaría a la muerte a todos los habitantes del planeta. Ese Primer Mundo que, entre otros paraguas para proclamar su inocencia, se cobija bajo ese paraguas de la Socialdemocracia, del Centro Derecha, del G7, de las citas de amiguetes ladronzuelos en Davos, etc. etc. De un tal Salvini y compañeros mártires, un señor que quiere comprar a bajo precio toda Groenlandia para esquilmarla, etc, etc..
Mafias del Primer Mundo, ORATE PRO NOBIS.