De Rosso a Sorolla pasando por Pernot

El pionero de la escultura moderna, la vida en los márgenes de la sociedad francesa y la explosión de luz en las playas del genio valenciano, componen la triple exposición con que la Fundación Mapfre inaugura un explosivo otoño cultural

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— P U B L I C I D A D —

Como todo pionero, el turinés Medardo Rosso (1858-1828) hubo de soportar la incomprensión cuando no el desprecio de sus contemporáneos, pero hoy es unánime el mérito que se le reconoce como uno de los escultores que, en el cambio del siglo XIX al XX, contribuyó a liberar la escultura del peso de la tradición académica. Uno de sus objetivos fue captar las distintas colecciones del ser humano: la alegría, la tristeza o el desamparo. 

Es a partir de 1883 cuando Rosso comienza a explorar el camino de la creación artística como proceso, alejándose de la representación mimética de la realidad circundante. Es en estas obras pioneras en las que se centra la exposición: piezas revolucionarias y libres, que adelantaron muy anticipadamente las ideas de los grandes escultores del siglo XX. Rosso trabaja así en la elaboración de variaciones y repeticiones de una misma obra. De este modo cada una de estas piezas es distinta a la precedente, y por lo tanto una obra única, aunque todas nazcan de una primera impresión. 

Comisariada por Gloria Moure, y organizada en colaboración con el propio Museo Medardo Rosso, la muestra incluye cerca de 300 obras, entre esculturas, fotografías y dibujos, que hacen hincapié en la idea que el propio artista tenía de su obra; esto es, que se trataba de una práctica en la que debía tomar una y otra vez el trabajo sobre las mismas piezas, otorgándoles un sentido distinto en cada ocasión.

Los veranos de Sorolla

Se cumplen cien años de la muerte de Joaquín Sorolla y esta exposición es la aportación de la Fundación Mapfre a la conmemoración del gran artista valenciano. En este caso, la comisaria Casilda Ybarra ha logrado reunir 40 obras de todos los formatos, que recorren la trayectoria de Sorolla a través de la presentación del tema más popular de su carrera: las escenas de playa. Este conjunto de obras muestra la modernidad de su visión artística en la representación del trabajo en el mar y del veraneo en las costas mediterráneas y cantábricas. Se plasma así por primera vez y por contraste la visión del denominado veraneo español. 

El recorrido expositivo, planteado en una única sección continua, combina la presentación temática con la cronológica para subrayar la evolución y el papel que el motivo de las escenas de playa tuvieron en el trabajo de Sorolla: desde las composiciones centradas por primera vez en el trabajo en el mar con las que obtiene los primeros éxitos internacionales, hasta obras realizadas en sus últimos veranos, que le sirvieron como descanso del gran encargo de la “Visión de España” que realizó para la Hispanic Society of America. 

Documento/Monumento de Mathieu Pernot

De las tres exposiciones simultáneas, el fotógrafo francés Mathieu Pernot (Fréjus, 1970) obviamente es el único artista vivo. La suya es la primera retrospectiva que se realiza en España abordando más de treinta años de trabajo. Denominada Documento/Monumento, su comisaria, Victoria del Val, compendia las cuestiones que se han ido entrecruzando en los trabajos de este artista: la vida en los márgenes y las historias de personas que se sitúan en la periferia de la sociedad. 

En esa selección aparecen “Los Gorgan”, uno de los trabajos fundamentales que acompaña a Pernot desde los inicios de su actividad fotográfica. Los miembros de la familia Gorgan se han convertido en las figuras principales del discurso artístico de Pernot, tanto por su magnetismo y el poder de encarnación de sus integrantes como porque sus vidas se cruzan con la historia de la comunidad gitana a lo largo de los siglos. 

Se incluyen también su serie más reciente sobre Melilla, que el autor describe como “el lado bueno de la alambrada”, otra sobre los edificios destruidos de Beirut después de la guerra civil libanesa y una más sobre las voladuras controladas de edificios suburbiales franceses. Estos fueron la utopía de los años sesenta para albergar e integrar a la ingente inmigración árabe, que fueron derivando en la distopía de las “banlieues” convertidas en  guetos y uno de los más graves problemas de la sociedad francesa. También es de destacar la serie “Los que gritan”, que recoge material gráfico procedente de la derruida cárcel parisina de La Santé.

Las tres exposiciones podrán contemplarse hasta el próximo 7 de enero. 

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