Albacete connection

Albacete connection
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— P U B L I C I D A D —

Hay dos lugares en La Mancha, en Albacete, de los que hoy sí quiero acordarme: Salobre (49,53 km²) y Vianos (128,04 km²). Ambos en la Sierra de Alcaraz, o Sierra de los Cerezos, como se llamaba antes de que los árabes la hollaran con babuchas.

De Salobre, porque allí vino al mundo, hijo del alcalde de entonces, el, más que ilustre, ilustrísimo socialista José Bono, de perfil sencillo “sanchopancesco” y muñidor de proyectos políticos varios. De Vianos, porque de allí es oriundo, por su madre, un madrileño insigne con padre de derechas (del PP), ideas de izquierdas (en Podemos tras paso por IU) y aspecto quijotesco: Juan Carlos Monedero, político, a quien ayer se refería sin nombrarlo el mismísimo ministro de Sanidad, Alonso, cuando bromeaba sobre tintes caribeños y las ideas y financiaciones que vienen de Venezuela.

Quiero recordar también, usando el tono de El Quijote, a un hijosdalgo socialista flaco, seco de carnes, enjuto de rostro, corredor “destalentado”, y sin vellorí fino con que taparse en duelos y quebrantos: José Luis Rodríguez Zapatero, que, después de su paso por el Gobierno de España y por la Secretaría General del PSOE, a estas alturas de su vida, y de su historia, se desliza y culebrea con motivos raros.

Y ello porque el manchego Bono y el ex Rodríguez Zapatero, en comandita o de por libre, se han tomado la molestia de ocuparse en el cortejo y coqueteo con la formación en que milita Monedero.

Aún no se sabe si los pretendientes socialistas han tenido éxito en sus cuitas, ni si de la relación puede surgir un romance, o noviazgo, que, al parecer (Esther Palomera dixit desde Huffington Post), se está iniciando al margen de una parte de la familia de uno de los novios, el también socialista Pedro Sánchez entre ellos, y a escondidas de los que creen que cuentan en el PSOE.

Lo cierto es que en los ambientes socialistas, en las reuniones entre conmilitones y hasta en el mismísimo bar de la Planta Tercera del Congreso de los Diputados, algunas bocas de miembros del PSOE (radicales de izquierdas, socialdemócratas evolucionados y miembros de la “tercera vía al socialismo”) han empezado, con los bulos, a hablar de un galanteo que ha hecho cundir la desazón.

Se sabe que el dúo pretendiente (Bono – Zapatero), del PSOE, ha tenido contactos con gentes (Pablo Iglesias y Errejón) de PODEMOS, el otro aspirante a relaciones en que milita Juan Carlos Monedero. El motivo, se aventura, es buscar un contacto amistoso en el que de momento, dicen, aún no se habla de amor. Sólo se trataría, se especula, de propiciar pactos de futuro; y de medir los tanteos y abrazos (de oso a oso) de unos grupos con un interés común: Tocar poder.

Sin embargo, en este acto, de pre amor, aún no se habla de copulaciones y coyundas. Y parece que eso es bueno porque es más que posible que exista un peligro que los analistas de ambos grupos ya han detectado: El amor caníbal, que las dos formaciones políticas conocen, y que existe en los apareamientos de algunas especies raras: La viuda Negra o la Mantis Religiosa, entre otras.

Bono y Zapatero e Iglesias y Errejón, es obvio, que se sepa, no tienen nada en común con Viudas Negras y Mantis Religiosas. Pero en sus cercanías, o distancias, sí se conoce un comportamiento amatorio en el que la hembra (Podemos y PSOE tienen nombre masculino) devora al macho antes, durante o después de la copulación. También se sabe que éste, el macho, unas veces se deja engullir y otras intenta evitar perecer a manos de la hembra. ¿Hambre de la hembra? ¿O comportamiento raro del macho para mantener la especie sin perder el tipo?

Por si acaso, dicen unos entomólogos argentinos (de esto aún no se ocupan sociólogos ni politólogos), algunos machos, prudentes, antes de copular procuran que la hembra esté satisfecha y no tenga hambre. Dicen las estadísticas que con eso algunos machos salvan la cabeza.

Por ello, tras lo de Albacete y lo de los de Albacete, se está empezando a analizar qué es lo que se puede dar a comer y dejar de comer en unas relaciones políticas en las que la supervivencia de uno de los consortes, o aspirante a ello, está subordinada a la voracidad del otro.

A la par, se estudian asuntos varios y conexos: Traiciones en año electoral que nacen en Albacete. Confabulaciones, desconfianzas e intereses electorales en la Mancha. Pagos de peajes acordados a la vera de la Sierra de Alcaraz. Pactos futuros para evitar que uno de los aspirantes a consortes sea fagocitado por el otro. Realidades nacionales, manchegas y andaluzas…

Todo ello, sin olvidar los intereses legítimos (e ilegítimos) de los aspirantes a un compromiso entre grupos; y con el ojo avizor a unas reuniones que “hay que contarlas, si no antes, después”, según afirma el socialista Juan Moscoso, que es portavoz del PSOE de Economía en el Congreso de los Diputados.

Contadas quedan, al menos la que inició una relación que tuvo sus orígenes en la Sierra de Alcaraz, o de los cerezos, en la provincia de Albacete: “La Albacete connection”.

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